«Sexo duro»

025Hård sex

La discoteca esta llena. Todos bailan. Yo fui como invitado. Una amiga de antaño me prometió que la pasaríamos bien. Yo no dude en aceptar la invitación. Anteriormente ella y yo habiamos tenido sexo en dos o tres ocasiones.

Las experiencias sexuales con ella no han sido muy significativas ni para mi y creo que tampoco para ella . A pesar de que es bonita y es elegante; yo nunca me he sentido ha gusto en compañía de ella. Hay algo que no encaja bien entre nosotros. Se puede decir que no existe esa química que une a dos personas desde el instante en que se encuentran por primera vez.

Tengo que aceptar que es buena persona, pero lamentablemente el buen amor y el buen sexo requiere de otras cualidades y factores. No obstante ella al igual que yo pretendiamos darnos otra oportunidad.

Yo salí de mi casa psíquicamente preparado a encontrar esa química que nos falta y por supuesto que tambien con unos grandes deseos de disfrutar de su cuerpo.

Al llegar a la discoteca, veo que ella esta conversando con otro amigo mío. Ella no percibe mi llegada y yo me escondo un poco para ver como comparten. Se ven de lo mejor. A simple vista pude constatar de que esa química que entre nosotros escaseaba, estaba latente en ellos.

Al principio sentí un poco de celos. No porqué sentia amor por ella. Solo eran celos de ver como ellos disfrutaban de esos sentimientos carnales. Todo reflejaba esa química. Sus miradas, sus gestos, la manera de sonreír y de hablar. En fín estaban echos el uno para el otro.

Yo me dí cuenta que ahí yo no tenia  nada que hacer. Ambos son mis amigos y se sienten de maravilla. Es por eso que decidí irme a otra discoteca cercana.

La noche la comparto con una mujer totalmente desconocida para mí. En realidad la pasamos bien. Yo aún estaba un poco rabioso de lo ocurrido y quizas por eso me sentía un poco exaltado y con deseos de hacer locuras.

Ella me vino bien; porque con ancias demostraba los mismos deseos locos que me perturbaban.

De la discoteca, nos fuímos directamente a mi casa. Yo tenia un apartamento pequeño, pero elegante y estaba bién ubicado en el centro de la ciudad. Se encontraba en un primer piso con vistas al parqueo de el centro y ademas con vista a los restantes apartamentos que se encontraban bien cerca y a su alrededor.

Para ir a casa tomamos un taxí. En el taxí, ella que vestía una falda corta; se quita sus bragas y abre las piernas de manera que el taxista tambien pudiera ver sus encantos. Yo me safo el pantalon y le introdusco su mano en mis genitales. Ella  lo saca y comienza a chuparlo con fuerza. Introdusco mi mano entre sus piernas y ella comienza a gemir de placer. El taxista baja su espejo retrovisor para tratar de ver algo.

Al bajarnos de el taxi, tanto ella como yo no podiamos dejar de exhibirnos. Camino al apartamento ella se despoja de su blusa y en una esquina semi-oscura continuamos nuestros juegos sexuales con intenciones exhibicionistas. En el momento en que alguien pasaba cerca de nosotros, pues mas intentabamos exhibirnos.

Al llegar al apartamento; ella me empuja con fuerza y caemos en la cama. Está encima de mí y yo la subo hasta que mi cabeza se introduce entre sus piernas. De placer comienza a moverse como una loca. Su clitoris se agranda y endurese y se restriega por toda mi cara. Su olor natural me enloquese y le introdusco la lengua en su vagina. Ella continua moviendose desordenadamente y dando unos gritos cortos y suaves. Toma mi cabeza con ambas manos y la aprieta fuerte contra sus genitales.

A punto de tener el orgasmo se separa de mi pide que la amarre a una silla. La amarro de frente al espaldar de la silla; de manera que su clitoris y vagina quedan fuera de el asiento. Le amarro de pies y manos. Vendo sus ojos con un pañuelo. Me me pide que la golpee en sus genitales. Con palmadas no muy fuertes golpeo precisamente el clitoris, ella se dobla de calentura cuando siente un poco de dolor. Pide que apriete fuerte sus pezónes y mientras mas tiraba de ellos mas se calientaba.

Le introdusco el pene erecto en su boca y ella comienza a chupar con fuerza. Sentia dolor porque chupaba y mordía; a la vez que con su otra mano tiraba de mis testiculos y los apretaba fuerte. Con su lengua bordeaba la cabeza de mi pene y lo introducia hasta el fondo de su boca. Estando en lo mas profundo yo no aguanto más y siento como todo mi cuerpo tiembla y se estremece eyaculando dentro de esa boca caliente y hambrienta.

Me siento en el suelo e introdusco mi cabeza en su trazero y comienzo ha chuparlo introduciendo mi lengua en el. Con una mano le masajeo el viscoso clitoris hasta que ella comienza  a gritar y a moverse para tratar de evitar que yo siga masturbandola. Da un grito fuerte y encoge su cuerpo hacia delante y hacia atras para deshacerse de mis carisias, pero yo no me detengo. Me doy vuelta en el suelo y le chupo su clitoris con relativa intensidad. Ella da un grito extremecedor he incontinuo. No sigas, no puedo más, replicaba ella hasta que se fue tranquilizando.

Despues de esta experiencia, nunca más la he vuelto a ver.

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